Soria, ya hay fechas para la exhumación de los cenetistas de Barcones y los de Fuentebella

 

El fin de semana del 19, 20 y 21 de julio, la Asociación soriana Recuerdo y Dignidad (ASRD) junto a numerosos familiares de Arsenio Martínez, Tomás Cue, Fermín González, Antonio Lafuente, Mariano González, Juan Ballano, Cándido Muyo, Juan Pablo Rica, Máximo Redondo y Bernabé Esteban acudirán a Barcones con el fin de recuperar sus restos mortales 77 años después de sus asesinatos.

Simultáneamente, se bajará al cruce de los barrancos Pertigoso y Moscares, en el término municipal del despoblado de Fuentebella en Tierras Altas, para tratar de localizar el sepulcro que guarda los cuerpos de Antonio Cabrero y Valentín Llorente.

La Fundación Aranzadi va a llevar a cabo voluntariamente los trabajos de exhumación que incluyen médicos, arqueólogos forenses, arqueólogos, antropólogos y documentalistas. Después de la retirada de las ayudas de la mal llamada Ley de Memoria Histórica, la ASRD solicitará ayuda económica a administraciones y organizaciones, especialmente para sufragar los gastos inevitables de desplazamiento, manutención y alojamiento de los técnicos, así como los gastos derivados de las pruebas genéticas de identificación. Queremos recordar, que una persona anónima donó para este fin a la ASRD 2000 euros, tras escuchar en los medios la falta de financiación para los trabajos. A pesar de no querer protagonismo, la ASRD agradece de corazón a esta persona su sensibilidad y apoyo altruista.

Tras la exhumación de los cuerpos en Barcones, los restos mortales serán llevados a la Universidad del País Vasco para realizar allí las necropsias, estableciendo la causa de las muertes, un completo análisis forense y la extracción de material genético para contrastarlo con el de los familiares e identificar individualmente con ello a cada una de las víctimas.

Posteriormente, se realizará un pequeño homenaje donde los cuerpos serán entregados a sus familias para que procedan a su reinhumación como ellas consideren. En el caso de las víctimas que no dejaron descendencia y de quienes no existen familiares vivos, la ASRD enterrará sus restos en una tumba cedida por el Ayuntamiento de Barcones para tal efecto.

Las victimas

A lo largo de cinco años de investigación de la ASRD en el caso de los asesinados en Barcones y desde el momento de su desaparición, por parte de la familia Cabrero, en el caso de los asesinados en Fuentebella, hemos podido conocer a las personas que se encuentran en las fosas comunes.

Fosa de Barcones 1:

En esta fosa, ya localizada, se encuentran cuatro cenetistas residentes en la capital soriana.

  • Arsenio Martínez García. 33 años. Chofer. Natural de Abejar. Arsenio era una persona célebre en Soria. En el libro de Gregorio Herrero y Antonio Hernández La represión en Soria durante la guerra civil, imprescindible fuente de datos, podemos leer:

“Arsenio Martínez es un trabajador honesto, chófer de profesión. No ha cursado estudios pero ha cuidado desde muy joven su formación cultural. Posee conocimientos amplios y dedica su tiempo libre a la lectura. No frecuenta bares, ni espectáculos. Su trabajo y el contacto diario con sus camaradas, aparte de los libros como hemos referido, llenan su tiempo. Es un auténtico autodidacta, que día a día se va superando hasta llegar a ejercer un verdadero magisterio entre sus camaradas que buscan en él, el necesario consejo, la orientación, el asesoramiento. Su gran sentido de la ética, su gran fortaleza moral, le van convirtiendo, no ya en un guía, sino en un ejemplo a seguir.

Quienes le conocieron nunca supieron discernir -ni ahora tampoco- cuál de sus dos cualidades brillaba a mayor altura: si su preparación o su rectitud; si su inteligencia o su espíritu. Tenía además un gran valor físico y una capacidad inmensa para el sacrificio. Era uno de los pocos hombres que reunía en su persona, en una síntesis asuntiva perfecta, la concordancia entre la idea y el sentimiento, el principio y la conducta.

Lo demostró constantemente, día a día, dentro de su organización sindical y en su vida corriente. Generoso, desprendido, él, que no era religioso, practicaba constantemente la máxima evangélica de que tu mano izquierda no sepa lo que hace la derecha. Si alguien tenía una necesidad era Arsenio, no directamente, sino a través de otras personas, y con la prohibición de que se le nombrara, quien acudía a remediarla, en la medida de sus posibilidades. Podían llenarse páginas con la relación de sus actos altruistas. Si como dijera Antonio Machado -otro ejemplo de grandeza moral- no es más rico el que más tiene, sino el que más da, Arsenio Martínez tuvo hasta la misma hora de su muerte, una riqueza infinita. Porque incluso en ese último momento, cuando los fusiles asesinos le apuntaban, nos dio una bella lección de bien morir. Lo único que podrá dar -su perdón y su deseo de que su muerte sirviera para una España mejor- lo realizó con su estilo sencillo, sin alharacas, sin arrogancia, pero sin miedo: «Vosotros no sois culpables; sois un instrumento y ojalá que la España que queréis construir sea de paz, de amor, de verdaderos hermanos; la España que yo siempre he soñado». Y esto lo dijo Arsenio después de estar encarcelado en una mazmorra sombría durante casi un mes, después de permanecer amarrado toda una tarde y una noche en un camión, y dirigiéndose a los mismos que le habían de asesinar. ¿Cabe mayor grandeza de ánimo, mayor espíritu de sacrificio, expresión más pura del verdadero amor?

Fueron muchos los que participaron en su fusilamiento y en el de sus infortunados compañeros sorianos y 6 de San Esteban de Gormaz, y algunos, para nuestra vergüenza, eran de nuestra ciudad y bien conocidos de Arsenio y de todos. Hubo también abundantes testigos de la ejecución, por lo que lo que ocurrió aquella madrugada, del 13 al 14 de agosto de 1.936, ha podido ser reconstruido fielmente.

Alguien que, por imperativo de la ley, hubo de presenciar las ejecuciones, no ha olvidado nunca la enorme lección de humanidad que dio Arsenio y cada día reza por la salvación de su alma. Nosotros rendimos el más fervoroso homenaje a su memoria y a la de sus compañeros de infortunio.”

  • Fermín González Ruiz “El Alpargatero”. 50 años. Establecimiento propio de cordelería y cáñamos. Natural de Soria. Se sabe de él que vivía en un antiguo callejón de la Calle San Lorenzo y trabajaba en una zapatería propia en la calle Estudios. Tras su asesinato, sus hermanas se ocuparon de la tienda. Creemos que, ni Fermín ni sus hermanas, dejaron descendencia, pero hacemos un llamamiento a la población soriana, para que, en el caso de conocer que estuviéramos en un error, se pongan en contacto con la ASRD cuanto antes.
  • Antonio Lafuente Galán “El Chato”. 34 años. Trabajaba como metalúrgico en la forja de Claudio Alcalde. Natural de Soria. Tuvo una hija, Alicia Lafuente, trabajadora de Justicia ya fallecida en Madrid. Como los anteriores militaba en el sindicato CNT, que debía contar con 573 afiliados en el momento del levantamiento militar, especialmente en el sector ferroviario en Arcos de Jalón, en Oficios Varios en San Leonardo y en Soria capital en la Federación Local.
  • Tomás Cué Ortiz. 30 años. Ferroviario. Natural de Torrelavega. Como sus tres compañeros de militancia e infortunio, fue detenido en Soria 21 de julio de 1936 y encarcelado. Posteriormente es trasladado con ellos a la cárcel de Almazán hasta que el día 13 una camioneta con los seis de San Esteban los recoge para ser ametrallados entre las 2 y las 3 de la tarde junto al Colmenar de la tía Leonor en Barcones.

Fosa de Barcones 2:

Junto a la anterior fosa, se encuentra otra que alberga los cuerpos de seis vecinos de San Esteban de Gormaz. El motivo de la separación de estas personas, pudo ser que ante los dos sacerdotes que asistieron a la masacre, estas seis personas optaron por confesarse, no haciéndolo los anarquistas.

  • Juan Pablo Rica. 46/48 años. Sastre y Concejal independiente de Cultura de San Esteban de Gormaz. Natural de Huerta del Rey. Hace cinco años la ASRD recibía la llamada de Amelia Rica, de 92 años. Nos pedía que encontráramos la fosa común donde estaba el cuerpo de su padre para poder llevarle unas flores y recuperar su cuerpo antes de morir. El pasado mes, cuando le llamamos para darle la noticia del hallazgo de la fosa, su hija nos comunicaba la tristísima noticia de su muerte. Amelia, como tantos familiares no ha podido ver cumplido su justo sueño.

Juan Pablo era una excelente persona que ocupó el cargo de Concejal de Cultura por aclamación popular. Enseñaba a leer a los obreros en sus ratos libres y estudió el oficio de sastre para casarse con su mujer.

  • Juan Ballano Pérez. 31/35 años. Obrero/Jornalero agricultor. Natural de Atauta. Hace menos de una semana que su familia se puso en contacto con la asociación para interesarse por la exhumación gracias a la difusión del acto.
  • Cándido Muyo Arranz. 25/26 años. Jornalero. Natural de San Esteban de Gormaz. Sabemos poco de Cándido más allá de que tuvo dos hermanos y una hermana (en cuyos brazos “murió su madre de pena”) que fue rapada. Tocaba algún instrumento musical. Sindicalista de CNT o UGT, tuvo un Consejo de Guerra póstumo junto a Juan Pablo Rica y Juan Ballano, en el cual aparecen los tres como paseados en una muestra de cinismo deplorable.
  • Mariano González Carracedo. 35 años. Ferroviario. Natural de Tudela de Duero. Aparece en su Acta de Defunción como muerto en Barcones en “accidente de guerra”
  • Bernabé Esteban Benito “El Cagatán”. 37 años. Jornalero. Se dedicaba a cavar viñas junto a Cándido Muyo. Esta circunstancia, además de que Juan Ballano, fuera natural de Atauta, llevó a los autores del libro La represión en Soria durante la guerra civil a deducir erróneamente que los fusilados junto al colmenar de la Tia Leonor fueran seis segadores de Atauta, resultando según las investigaciones que realmente eran estas seis personas a las que nos referimos.
  • Máximo Redondo García.36 años. Ferroviario. Natural de Langa de Duero. Liberado de la cárcel del Burgo de Osma a principios de agosto, la denuncia de su desaparición el mismo día 13 explica que fuera fusilado con las 9 personas anteriores.

Fosa de Fuentebella

En la fosa que se bajará a buscar al cruce de barrancos, se hallan los cuerpos de Antonio Cabrero Santamaría y Valentín Llorente.

  • Antonio Cabrero era el alcalde de Pitillas(Navarra). Fue especialmente perseguido por liberar las tierras del común del pueblo.
  • Valentín Llorente Benito era maestro en Igea (Navarra). Se encuentra amplia información sobre estas personas en el blog:

http://lavaradelalibertad.blogspot….

Recordamos que para la ASRD así como para un gran número de asociaciones de abogados, asociaciones de derechos humanos, asociaciones de memoria histórica… estos crímenes forman parte de un plan sistemático para acabar físicamente con las personas que tenían diferentes ideas a los golpistas de 1936 con Franco a la cabeza.

Los crímenes llevados a cabo, en este caso por Guardia Civil y Falange y con presencia de dos sacerdotes constituyen crímenes contra la humanidad y por tanto imprescriptibles, inamnistiables e inindultables.

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