El plan de recortes de la Junta de Castilla y León contempla una reducción de 859 millones en tres años. La Comunidad podrá endeudarse hasta un límite del 1,5% del PIB, acogerse al mecanismo extraordinario de pago a proveedores y aplazar a diez años las devoluciones de las liquidaciones negativas de 2008 y 2009.
La consejera de Hacienda reseñó que el plan incluye 69 medidas que permitirán a la Comunidad cumplir «perfectamente el objetivo de déficit». Constató que en 2012 no habrá nuevas inversiones, sólo las extraordinarias y urgentes, y se reprogramarán todas las que se están ejecutando para todo el periodo. «Las operaciones de capital sufrirán los mayores ajustes», dijo.
Y sin oposiciones. Del Olmo manifestó que el programa incluye también medidas de ingresos ya en marcha, con los nuevos tributos ambientales, la recuperación del Impuesto del Patrimonio, y el incremento de 5 céntimos en el combustible, que permitirán recaudar 224 millones.
Por lo que se refiere al personal, expuso que los años del plan de ajuste no se celebrarán oposiciones en la Administración regional, ya que no hay previsión de incorporar a nuevos trabajadores y tampoco se cubrirán las bajas por jubilación.
Quiso dejar claro que no se contempla en el plan «cierres de escuelas ni de hospitales, no habrá rebaja de salarios a los empleados públicos, no se sube el IRPF y no se recupera el Impuesto de Sucesiones». Este último impuesto, que claramente beneficia a los más ricos, se niegan a implantarlo, perjudicando a los que menos tienen.