CONCENTRACIÓN 8M VALLADOLID

Este 8 de Marzo de 2021, CGT se ha sumado, como en años anteriores, a la convocatoria de la Asamblea Feminista 8M Valladolid, en forma de concentración en la Plaza Zorrilla y calles aledañas, a la que se han sumado varios cientos de personas, guardando escrupulosamente todas las medidas de seguridad marcadas por la organización.

El pasado 8 de Marzo de 2020, Dia Internacional de la Mujer Trabajadora, estuvimos en la calle en una huelga general, de concurridas manifestaciones y diversas acciones reivindicativas. Desde entonces ha pasado un año que parece que haya sido un siglo, pues la pandemia y todos los cambios a los que esta nos ha obligado ha puesto patas arriba una parte de nuestras vidas.
Algunos incluso, no dudaron en aprovechar e intentar culpar a esas manifestaciones feministas de la difusión de dicha pandemia. Lo que nos faltaba.

Este año llegamos de nuevo al 8 de Marzo, un extraño 8 de Marzo por la situación global, pero con los mismos motivos de siempre para protestar; a estos motivos se suman que, como no, las mujeres hemos sufrido de manera mas intensa la repercusión de esta pandemia: las cuidadoras son mayoritariamente mujeres, las trabajadoras sanitarias también, los empleos femeninos son los mas precarizados, etc…

MANIFIESTO:

POR UN FEMINISMO DE CLASE, INTERSECCIONAL Y COMBATIVO
Desde la Asamblea 8M Valladolid, gracias a todas por estar aquí. Sabemos que, este año, no es fácil tomar la decisión de acudir a esta convocatoria. ¡Gritaremos aún más fuerte por las que no están! Sin embargo, pensamos que es necesario tomar las calles, con cuidado y respetando las medidas de seguridad, para crear lazos de apoyo y solidaridad con los que seguir transformando nuestras vidas.
¡Aquí estamos las feministas!
El 8 de marzo hemos vuelto a organizar una jornada de lucha para seguir avanzando y dar impulso, ahora más que nunca, a nuestras reivindicaciones, las cuales parece que han quedado relegadas a un segundo plano con la situación de pandemia. Mientras, la consecuente crisis actual viene a reafirmar y agravar desigualdades, explotación y
represión, generadas por el sistema capitalista, patriarcal, colonial y racista.
¡Que viva, la lucha, de la mujer obrera!
Durante la pandemia, se ha puesto de manifiesto la centralidad de los cuidados, trabajos invisibilizados, soportados mayoritariamente por mujeres, que sostienen la vida y, paradójicamente, son precarizados. Somos las mujeres trabajadoras las que estamos al frente de profesiones y trabajos esenciales y, al mismo tiempo, las que hemos cargado con la mayor responsabilidad en las tareas domésticas, el aumento de la pobreza y las
condiciones de precariedad laboral.
¡La doble jornada, me tiene explotada!
También queremos poner de relieve el incremento de las violencias ejercidas contra las mujeres, especialmente durante el confinamiento. Sin olvidar la proliferación de la represión desde que se decretó el estado de alarma.
Por tanto, el 8 de marzo es una jornada de lucha combativa, no simbólica ni festiva, para las trabajadoras y, con ello, también para la clase obrera que avanza en su conciencia feminista de la lucha.
¡Patriarcado y capital, alianza criminal!
Quienes borran “Trabajadora” del Día de la Mujer Trabajadora lo hacen con una perspectiva burguesa de nuestra lucha, que no vamos a aceptar:
-Porque las mujeres trabajadoras estamos en el mercado laboral en las peores condiciones, con parcialidad en el trabajo, formando parte de la llamada economía sumergida, es decir sin regulación laboral y con una precariedad marcada por la diferencia salarial y el acoso laboral y sexual. A lo que este año queremos sumar la expulsión del mercado laboral de las trabajadoras más precarias a través de ERTES o, simplemente, sin derecho alguno en el
caso de la economía sumergida. Exigimos, asimismo, la derogación de las dos últimas reformas laborales del PP y PSOE que, si bien afectan a toda la clase trabajadora favoreciendo los despidos, afecta por partida doble a las mujeres por sus condiciones en el mercado laboral.
¡A obrera despedida, patrón colgao!
-Porque nos coloca a las mujeres trabajadoras en el punto de mira de la represión, tanto laboral como política. Las habituales represalias de los empresarios frente a quien denuncia las vergonzosas condiciones laborales y las agresiones sexuales laborales parecen inexistentes.
¡Hermana, yo sí te creo!
-Porque nos instrumentaliza y nos criminaliza. Las organizaciones y partidos que forman parte de las instituciones están utilizando al movimiento feminista en pro de sus intereses económicos, políticos y electorales.
¡La lucha será, feminisa o no será!
-Porque han boicoteado las huelgas generales realizadas en 2018 y 2019 para no perturbar los intereses de la patronal. No nos olvidamos de aquellos sindicatos que viven de sus pactos económicos y sociales con la patronal (CCOO, UGT…) a cambio de entregar en bandeja de plata derechos e intereses de las trabajadoras.
¡Mujer trabajadora, libre y luchadora!
Abogamos por un feminismo de clase, interseccional y combativo, frente a un sistema capitalista, patriarcal y colonial, que no para de generar fuertes desigualdades: relaciones de poder, destrucción de los recursos y de las condiciones de vida digna. Desigualdades magnificadas durante la pandemia. Entendemos que, si no caen los tres pilares, no caerá ninguno.
¡No hay, no hay, no hay otra manera, contra el patriarcado y con la clase obrera!
Así, luchamos por un mercado laboral basado en la igualdad real, frente a la creciente precariedad y la incertidumbre de estos tiempos, rompiendo además la división sexual del trabajo que fundamenta las explotaciones que sufrimos las mujeres trabajadoras (a través de la reproducción de la especie y de la fuerza de trabajo).
Reivindicamos que el trabajo de cuidados, tan imprescindible para el sostenimiento de la vida, sea visibilizado y reconocido como bien social de primer orden, y pedimos la redistribución de este tipo de tareas y su corresponsabilidad entre hombres y mujeres, de manera que se nos permita desarrollar un proyecto vital con dignidad y autonomía.
¡Mi tiempo es mío, los cuidados compartidos!
Exigimos alternativas para las trabajadoras migrantes, que tienen que sobrevivir además al racismo que la pandemia ha dejado al descubierto. No nos olvidamos de todos los asesinatos cometidos por la policía.
Hacemos nuestras también las reivindicaciones de las pensionistas que llevan años dedicadas a la lucha. En este sistema de muerte, parece que no importas si ya has desarrollado tu capacidad productiva. El sistema de pensiones no hace otra cosa que mantener la brecha de género que ya se da en los trabajos remunerados.

¡La policía, tortura y asesina! ¡Papeles para todas, o todas sin papeles!
Nos oponemos al capitalismo salvaje que explota y expolia, no sólo generando diferencias entre sur-norte, sino además, dejando a su paso todo tipo de desestabilizaciones políticas, económicas y medioambientales. ¡No será la clase trabajadora quien pague este colapso ecológico que han provocado las élites!
¡CIES, vallas y fronteras, así se construye la riqueza europea!
Recordamos los asesinatos de mujeres activistas indígenas defensoras del territorio, no nos olvidamos de las temporeras de la fresa, mujeres marroquíes que sufrieron en Huelva todo tipo de abusos sexuales y laborales a manos de sus jefes españoles. Denunciamos la industria textil que explota a tantas mujeres y niñas del mundo quienes fabrican las prendas que se venden en tiendas como Zara, Pull and Bear, Bershka, Stradivarius, y un largo etc.
En este sentido, queremos señalar que el sexto billonario más rico del mundo es un hombre español, Amancio Ortega, dueño de la mayoría de todas estas tiendas, y la fábrica de Bangladesh en cuyo derrumbe por negligencia, murieron 1.127 trabajadoras en el año 2013.
Y, especialmente en estos tiempos, revestidas de filantropía autocomplaciente, también hace millonarias donaciones: la propaganda del rico a cuenta de la necesidad del pobre.
¡A, anti, anticapitalistas!
La nueva ley educativa, la LOMLOE, vuelve a ser una ley sin consenso, sin contar con la opinión ni colaboración de la comunidad educativa. La LOMLOE es un refrito, un cúmulo de buenas intenciones, pero ninguna solución. Esta ley propone la coeducación, pero mantiene los currículos androcéntricos. Se propone el respeto a la diversidad sexual y una educación con perspectiva de género, pero la formación afectivo-sexual no se contempla, salvo de forma transversal. Se propone una educación que respete a todas las personas sin discriminación de género, etnia, religión u orientación sexual pero elimina los valores éticos, casi de toda la vida escolar del alumnado y el currículo educativo sigue siendo etnocéntrico, capacitacista y segregacionista. Habla, habla de lo de siempre, habla, pero no cambia nada.
Seguimos con el plan Bolonia, con matrículas universitarias inasumibles para las estudiantes. La desigualdad ha aumentado en las aulas y la brecha digital aumenta a pasos agigantados. El gobierno sabe que su ley educativa es papel mojado, pero no nos vamos a callar… sabemos de qué lado estamos.
¡Profesoras y estudiantes, unidas y adelante!
Las mujeres transgénero, bisexuales y lesbianas componemos este movimiento como el resto. No podemos dejar que los discursos del odio, así como quienes los fomentan, ocupen nuestros espacios.
¡Mujer trans, mujer compañera! ¡Con pene o con vagina, mujeres combativas!
La lucha feminista persigue acabar con los privilegios patriarcales y con las violencias ejercidas contra las mujeres. Los feminicidios son la expresión más alta de la violencia de género. Las mujeres que sufren este maltrato tienen que lidiar, además, con la violencia de la justicia burguesa y de sus instituciones que las revictimiza, las juzga y en muchos casos condena a sus hijas a seguir viendo a un maltratador.

¡Escucha, hermana, aquí está tu manada! ¡Jueces y fiscales, también sois culpables!
Señalamos y denunciamos la violencia sexual como expresión de la apropiación patriarcal de nuestro cuerpo, que afecta de modo aún más marcado a mujeres en situación de vulnerabilidad como mujeres migradas, trans, racializadas, con discapacidad, enfermedad mental y trabajadoras domésticas.
¡No se han muerto, las han asesinado! ¡Denuncia archivada, mujer asesinada!
Hay mujeres a las que les interesa esta violencia y que la perpetúan. Un año más gritamos que las burguesas NO son nuestras compañeras, así como las policías o las carceleras.
Jamás irán de nuestro lado las que se aprovechan de nuestra explotación, tanto laboral, como reproductiva.
Luchamos para que las mujeres seamos dueñas de nuestros cuerpos, nuestros deseos y nuestras decisiones. Para que la comunidad respete y valore la diversidad funcional, la diversidad sexual y la diversidad de identidad de género.
¡Mi vida, mi cuerpo, mi forma de follar, no se arrodillan ante el sistema patriarcal!
Nos oponemos a todos los desahucios. De por sí, ya resulta denigrante echar a una persona de su hogar, pero es más preocupante cuando se hace en la situación actual en la que nos recomiendan salir lo menos posible. ¿Cómo vamos a estar en casa, si no tenemos casa? Defendemos la okupación, no vamos a seguir el juego a bancos o a quienes hacen
negocio a costa de nuestros derechos y necesidades.
¡Ni gente sin casas, ni casas sin gente!
Reivindicamos que saquen el aborto del Código penal y sea reconocido como un derecho para decidir sobre nuestro cuerpo y sobre la maternidad. Desde aquí, nuestros corazones laten con los de las compas argentinas. ¡Es ley !
¡Aborto libre, seguro y gratuito! ¡Fuera el aborto del código penal!
Exigimos la derogación de la Ley de Extranjería y el cierre de los CIES, puesto que vulneran los derechos más básicos de las personas migrantes. Los CIES son cárceles en las que se criminaliza y priva de libertad a personas por el mero hecho de migrar, dándose en estas cárceles todo tipo de abusos, incluso muertes.
¡Ni cies, ni rejas, ni vallas ni fronteras! ¡Oh no, cies no, cies no, cies no!
Creemos que la cárcel no es la solución, sino parte del problema. Apoyamos las reivindicaciones de las huelgas de hambre del colectivo Presas en Lucha, entre las cuales subrayamos: la erradicación de las torturas, la eliminación del régimen de aislamiento, el fin de la dispersión de todas las personas privadas de libertad y la aplicación inmediata de los derechos de todas las personas enfermas crónicas que se encuentran en prisión.
¡Abajo, los muros, de las prisiones! ¡No estamos todas, faltan las presas!

Nos quieren dóciles, sumisas y calladas. Denunciamos la grave represión, tan acentuada en estos tiempos, contra la lucha y la libertad de expresión, y los recortes y restricciones de derechos que estamos sufriendo. Exigimos la derogación de la Ley Mordaza y la Ordenanza municipal aprobada por el actual equipo de gobierno. ¡Nuestra libertad no se coarta!
Justificamos toda violencia contra la opresión.
¡Vuestra represión no nos amedrenta, la historia se vive con desobediencia! ¡Contra el patriarcado, y su violencia, ahora y siempre, autodefensa!
La emergencia ha hecho más visible la crisis estructural y sistemática, de la que sólo saldremos adelante desterrando los cimientos capitalistas, patriarcales y coloniales, y poniendo los cuidados y la vida en el centro.
Para acabar, queremos cerrar dando las gracias a todas nuestras compañeras de la Asamblea 8M de Valladolid, por su enorme trabajo, compromiso, y por apostar por un modelo de lucha asambleario, horizontal y autogestionado.
Todas las violencias machistas, cotidianas e invisibilizadas que vivimos las trabajadoras se perpetúan si permitimos que quienes sostienen este sistema desde las instituciones,
instrumentalicen la lucha feminista y el 8 de marzo, día internacional de la mujer trabajadora.
¡El machismo avanza, si no se le combate!
Seguiremos luchando por un feminismo de clase, interseccional y combativo, desde abajo, y no sólo el 8 de marzo, sino todos los días del año.
¡Nos queremos vivas!
¡Nos queremos libres!
¡Feministas y combativas!