UNA ESCUELA DIFERENTE EN SEPTIEMBRE… ¿CUÁL?

El sábado 16 de mayo tuvimos el placer de participar de una webinar organizada por CGT Segovia,  con el objetivo de ser punto de encuentro para la reflexión compartida con miembros de toda la comunidad educativa y los ponentes Julio Rogero, maestro de la Escuela Pública y miembro del Movimiento de Renovación Pedagógica “Escuela Abierta” de Getafe  y Francisco Delgado, activista social, ex presidente de CEAPA y de Europa Laica. Nuestros ponentes con las preguntas previas enviadas por los participantes, reflexionaron en torno a los tres parámetros temporales: presente, pasado y futuro, donde se centran las incertidumbres, que a todos y todas, nos invaden estos días en torno al modelo de enseñanza-aprendizaje.

 

Pasado

La suspensión presencial de las clases, ha sacado a la luz las carencias del sistema educativo que estábamos sosteniendo entre todos, que ya era segregador, poco participativo y muy transmisivo. Elementos que todavía han sido más visibles en su versión online. Nuestros ponentes hicieron referencia varias veces a que estábamos trabajando en una escuela anticuada, ya en su versión presencial, vinculada a reformas educativas poco valientes y de baja inversión. Ese modelo estaba vinculado a aprendizajes muy concretos, parcelados, impartidos en una única dirección.

 

Presente

Las carencias anteriormente descritas han sido trasladadas  a la enseñanza digital.

Estas circunstancias han visibilizado emergencias vitales y desigualdades sociales,  pero también la solidaridad y el crecimiento de las redes de proximidad. Por todo ello, la escuela que diseñemos a partir de ahora, (aunque como comentaba  Francisco, posiblemente ya esté diseñada), requiere de voluntad política e inversión, dejando de lado todas las inversiones hacia “ámbitos inútiles”.

 

Futuro

Estamos de acuerdo en que este cambio tiene que ir unido a la solidaridad, aunque debe ser bidireccional: entre los ciudadanos y las administraciones. Este cambio del sistema educativo pasa porque sea un cambio real: que la escuela pública, sea la escuela pública de todos y todas, con elementos que ahora están fuera del currículo escolar. Debe ser democrática, inclusiva, ecofeminista y en conexión con la vida.

 

Hay que recuperar la creencia en el sentido de la escuela, recordando que el derecho a la educación es imprescindible para avanzar hacia la equidad. Dando respuestas coordinadas entre toda la comunidad educativa, para que esta situación de pandemia nos dé la posibilidad de una “salida buena” en palabras de Francisco Delgado,  “habiendo aprendido algo de todo esto que hemos vivido para que el futuro próximo sea realmente una apuesta por la escuela pública tal y como la hemos diseñado”.

Los participantes con sus reflexiones, fueron diseñando el modelo de escuela que debe surgir en el mes de septiembre, más allá de las incertidumbres horarias, agrupamientos…:

– Debe aumentar la inversión y eliminarla de conceptos como la religión o la enseñanza privada-concertada.

– Una escuela que propicie la participación real de toda la comunidad educativa.

– Deberá ser inclusiva, ecofeminista, social y democrática.

Que valore enseñanzas menos academicistas como las enseñanzas artísticas, la música y la educación física.

– Una escuela del cuidado mutuo, dónde cuidemos y se nos cuide.

– Tiene que superar la desigualdad económica, geográfica y de cualquier tipo.

-Y que rescate el compromiso docente y dejemos de ser como dice el propio Julio Rogero “sujetos sujetados por el poder para hacer lo que poder quiere” y ser más que nunca sujetos del cambio