Siempre han querido una sociedad dividida, insolidaria, individualista, egoísta… y no
iba a ser éste el momento de lo contrario. Porque es más fácil vencer al pueblo
dividido, enredado en batallas estériles, sacando sus miedos, sus demonios, sus
inseguridades, sus frustraciones…que un pueblo unido, solidario, tomando conciencia
de lo esencial. Y lo esencial ahora es la vida misma (en verdad siempre lo fue).
Sin embargo se les está yendo de las manos tanto contagio de solidaridad…
En nuestro ámbito educativo no podemos estar ajenos a la realidad de nuestro
alumnado y sus familias, incluso a la nuestra propia como docentes y personas con
familia también.
Estamos poniendo al SERVICIO de esta situación sobrevenida, lo mejor de nosotros
mismos: LA VOCACIÓN DE SERVICIO ; la mejor de nuestras respuestas posibles:
invirtiendo más horas de trabajo, flexibilizando nuestros horarios, poniendo nuestras
propias herramientas tecnológicas (con las dificultades que ello conlleva, con fallos a
veces en nuestros aparatos…); atendiendo y sujetando psicológica y emocionalmente
a nuestro alumnado y su familia, en circunstancias personales de salud lamentables ,
ya que algunos deberíamos estar de baja (muerte de un familiar, enfermedad propia o
de un familiar en casa,…), porque ni se contempla, ni se están haciendo llamamientos
a personal interino para cubrir estas situaciones; haciendo de nuestro espacio privado
un lugar público y acogedor; inventando un sinfín de herramientas y recursos que
pasan por la creatividad y el ecologismo (dando nueva vida a objetos cotidianos y de
usar y tirar); arrinconando otras prioridades personales para atender a nuestro querido
alumnado; cuestionándonos a cada momento si lo que hacemos es lo justo y lo
correcto, o estamos acrecentando las diferencias y lo que cada día nos preguntamos
es dónde y cómo están los que no están .
Creednos cuando afirmamos que no necesitamos esa trampa de burocracia canalla
para justificar nuestros salarios, salarios recortados como a todos los trabajadores y
trabajadoras de este país desde hace doce años. No, aquí tampoco van a conseguir que
nos comamos como caníbales por unos euros más… porque desde el sector de
enseñanza entendemos que LA CLASE TRABAJADORA SOMOS UNA .
aliento de vida…SIN EMBARGO NO NOS ROBAN LA ESPERANZA Y LA SOLIDARIDAD.
Esta presión educativa por los resultados, nos sitúa en una concepción de la enseñanza
donde LO IMPORTANTE PARA NUESTROS GESTORES, que debieran ser los principales
garantes de la EQUIDAD EDUCATIVA y la EDUCACIÓN REAL , ES LA PRODUCCIÓN , en
vez de los procesos. De su forma de proceder, se deriva lo que en verdad somos para
ellos: mano de obra que produce sin interrupción… ¿alguien piensa que ahora
estamos educando? Intentamos ¿enseñar?, ¿educar?, ¿entretener?…
Entendemos que ante una situación como la que nos sorprendió y nos sobrecogió a
todos, la primera reacción fue responder inmediatamente, con improvisación…sin
embargo ya han transcurrido dos semanas y tenemos más información de la realidad.
Actualmente estamos comprobando cómo para el alumnado de infantil el juego
simbólico ha alcanzado su máxima expresión, ya que los niños y niñas ya no nos imitan
en sus juegos, ahora están realizando y ejecutando tareas domésticas con sus padres y
madres, los que pueden y tienen el sostén familiar. El alumnado más mayor, también
está realizando ahora tareas asistenciales con sus propios familiares, algunos están
cuidando de padres o madres enfermos, o están sustituyéndoles en el cuidado de
hermanos menores porque ambos padres trabajan. Incluso menores de familias
monoparentales,monomarentales, que se pasan solos muchas horas. Incluso los más
atrevidos, están gestionando prácticas de FP con vídeo tutoriales.
¿Eso es evaluable?, ¿vamos a cuantificarlo?, ¿podremos evaluarlo nosotros como
docentes?, ¿a quién evaluamos en realidad?, ¿qué evaluamos?…
Sin duda la realidad ha superado a la ficción. No por ello tenemos que normalizar lo
excepcional y seguir trabajando en la labor educativa como si nada hubiera sucedido.
Al igual que en la sanidad, esta situación está provocando que muchas personas
ahonden en la idea de que realmente los servicios públicos son esenciales porque
garantizan justicia y equidad social .
A la vez, se están dejando ver los recortes que año tras año hemos sufrido en el sector
de la enseñanza pública, ejemplos hay muchos, desde el número descendente de
docentes interinos en cada convocatoria de oposición, minimizando el personal que
atiende al alumnado con necesidades educativas, cierre de líneas en beneficio de la
concertada o privatización de los comedores escolares.
Además se está viendo cómo la educación presencial es insustituible y no es
demagogia, porque nosotros desde el aula improvisada montada en nuestras casas,
recordamos en cada golpe de tecla, a ese alumnado en situación de desventaja social,
más empobrecido ahora; al alumnado de necesidades que tanto se beneficia con el
estímulo de sus iguales, con el trabajo personalizado, con los recursos elaborados a
medida; al alumnado que duerme en residencias de menores; al alumnado maltratado;
al alumnado cuyo valor es atender en clase; al alumnado que vive en una habitación
porque la salario de su familia monomarental no les da para más o el alumnado que
come una vez al día gracias a una beca de comedor. O el alumnado que tiene su
corazón encogido entre este país y el de origen.
Por todos ellos y sus compañeros , la enseñanza presencial no es sustituible por la
actual formación-invención online. No podemos permitir que la idea transmitida
mediante la “ Instrucción de 26 de marzo de 2020, de la Dirección General de centros,
planificación y ordenación educativa de la Consejería de Educación de la Junta de
Castilla y León, relativa a la realización de la segunda evaluación del curso
académico 2019-2020 en los centros que impartan enseñanzas no universitarias” , se
extienda sin hacer una reflexión necesaria de lo que se nos pide como docentes. Ya
que se nos insta literalmente a que “ con la finalidad de reconocer el esfuerzo realizado
por el alumnado durante la suspensión de actividades presenciales, también se podrán
tener en cuenta las tareas, proyectos, actividades o pruebas realizadas durante el
período no presencial”. Sentimos comunicarles que haremos todo lo que está en
nuestras manos y más, como lo venimos haciendo siempre, para atender las
necesidades de nuestro alumnado. Les garantizamos que podremos seguir avanzando
incluso ajustando nuestras programaciones de emergencia a los objetivos y
contenidos mínimos. Lo que no podemos asegurar en ningún caso, porque no somos
hipócritas y porque conocemos la realidad (tantas como alumnos tenemos), lo que no
podemos asegurar en ningún caso, es que nuestro alumnado está aprendiendo con
nuestras propuestas de trabajo. Ni aun cuando consigan realizarlas y reenviárnoslas
porque cuenten con suficientes medios informáticos o apoyos familiares.
Seguramente cuando regresemos a nuestras aulas el paisaje que haya dejado esta
crisis sea otro, con alumnado que ha perdido familiares y no han podido construir bien
su proceso de duelo; con familias más empobrecidas o totalmente empobrecidas; con
desfases curriculares; con problemas afectivos y psicológicos; con peor condición
física…ahí es donde instamos a nuestras Administraciones educativas a poner el foco
de este parón educativo. Seguramente será necesario reajustar tiempos y programas
educativos, será necesario aumentar la plantilla docente para atender todas las
necesidades educativas derivadas de esta crisis, contratar más profesionales para
atender los problemas psicológicos y sociales derivados del encierro… donde la
escuela vuelva a ser un lugar del cuidado mutuo y no se imponga la filosofía actual
del sálvese quien pueda.
Una vez más la educación nos salvará de otros virus que nos hacen enfermar de
intolerancia, ignorancia e insolidaridad.
Siempre y cuando se tomen ahora y en un futuro próximo las medidas adecuadas.
Desde CGT os pedimos MEMORIA, CONCIENCIA y LUCHA .
Memoria para reconocer las miles de veces que nuestros maestros y maestras han
trabajado para hacer una escuela más justa, más solidaria, más inclusiva, más
tolerante, más crítica y más igualitaria.
Conciencia de clase para recordar quiénes están a tu lado.
Lucha para seguir reivindicando en todo momento lo nuestro, lo público, lo común.