CGT denuncia el cierre de la Biblioteca en el periodo de Navidades por parte de la Junta de Castilla y León.

No es que seamos adivinos, ni tengamos una bolita mágica donde se pueda ver el futuro, sino que como todo aquello que rodea a la estadística pura y dura no hace falta más que ver los números de la biblioteca pública de Segovia, edificio de titularidad estatal y gestionada por la Junta de Castilla y León para observar que estos no cuadran.

Desde hace años la cultura y todo lo que la rodea, no interesa a la Junta de Castilla y León, ciudadanos mas cultos son menos controlables y es por ello que la degradación que ha venido sufriendo dicho servicio territorial en la provincia de Segovia ha hecho que aquellas dependencias en las que el personal de la administración autonómica es necesario para su apertura y control en la provincia, se hayan ido despoblando, no ya de contenido sino de personas y trabajadores que permitan acceder al mismo.

Un claro ejemplo es el de la Biblioteca pública de Segovia, si llevamos a cabo un seguimiento en la evolución de la misma se puede observar la falta de aprecio que desde la Junta de Castilla y León se ha tenido para y por los Segovianos en este aspecto. Cuando el edificio era más pequeño la carencia de este personal se notaba menos, pero ahora que el edificio tiene una cierta envergadura, la falta de este personal provoca incluso el cierre del mismo en temporadas de acumulación de permisos laborales.

Si seguimos con la biblioteca, comparando con el resto de capitales de provincia, se produce el mayor de los agravios comparativos. La actual relación de puestos de trabajo de dicho centro cuenta con 11 auxiliares de biblioteca y 4 ordenanzas distribuidos en dos turnos de trabajo, de tal forma que estadísticamente con los datos aportados por la propia Junta de Castilla y León en el año 2015 en su página web, un auxiliar de biblioteca atenderá de media anual unos 11209 préstamos y unas 16500 visitas, estando incluida en esta cifra los 4300 usuarios que por trabajador le corresponden; el caso de los ordenanzas es similar, su escasez hace que la cobertura del centro no sea ni mucho menos la adecuada.

El problema, que está ahí y que quizás no se visualiza tan fehaciente por la voluntariedad y el buen hacer de los empleados públicos, tanto personal laboral como funcionario, pues anteponen muchas veces el buen servicio al usuario del centro frente a sus circunstancias personales pues son la cara visible de la administración regional en Segovia y el compañerismo y la ayuda entre compañeros es espectacular, cubriendo turnos de bajas laborales, vacaciones, aportando disponibilidad a la actividad y demás medios a su alcance.

Cuando la comparativa y los datos se extrapolan a otras capitales de provincia donde además se cuenta con más bibliotecas públicas, por ejemplo Ávila o Zamora, con similar población que Segovia según datos del INE, cuentan con cuatro bibliotecas públicas de distinta titularidad y con más trabajadores pertenecientes a la administración regional, 16 en Ávila y 26 en Zamora, atendiendo en Ávila por biblioteca a 14000 potenciales usuarios y en Zamora a 15000, mientras que en Segovia esa cifra se dispara a los 52000 habitantes.

Todo lo indicado anteriormente se ve además agravado por las circunstancias físicas de la biblioteca de Segovia, al contar con más superficie no toda se puede vigilar ni controlar por su personal, si falta personal se cierran servicios, salas e incluso la propia biblioteca en turnos de tarde.

Ni que decir tiene que sumado a esto, existen otra serie de factores, tales como que si los equipos informáticos no funcionan o lo hacen incorrectamente se crean deficiencias en el servicio que tardan en ser reparadas pues también falta personal en el servicio informático propio de la administración, cuando la evolución de la administración es hacia la digitalización, esta recorta en su propios trabajadores encargados de estas tareas, otorgando estos servicios a empresas privadas que lógicamente priman la economía de la actuación frente al servicio a la empresa usuaria; las goteras del propio centro cuando las precipitaciones son elevadas; los fallos en el sistema de climatización que hacen que usuarios y trabajadores pasen frío o excesivo calor, pues la misma es “controlada” en remoto y un largo etcétera de circunstancias que hacen que los trabajadores y usuarios se vean más que afectados por disfrutar de la cultura en nuestra capital.

Desde CGT queremos recordar a nuestros “responsables” políticos, que la ADMINISTRACION PUBLICA es de todos y para todos en igualdad de condiciones, que una administración responsable no es la que a final del periodo de presupuestos presume de que ha “dejado de gastar” las partidas que tiene asignadas en la ciudadanía, puesto que no es un gasto, es una inversión en cultura, en salud, en educación, en carreteras, en medio ambiente, en servicios sociales, es decir en aquello en que las administraciones deberían de centrar su atención en crear una sociedad más justa e igualitaria con políticas centradas en el cuidado y servicio a los ciudadanos, pues no hace falta recordarles a nuestros “responsables políticos” que somos quien pagamos todos los días impuestos de diversa índole y de donde salen sus emolumentos.

Esperemos equivocarnos y que el título del presente artículo no se cumpla, nos alegraríamos de ser unos mentirosos y no unos visionarios y que por la falta de personal no se cierre salas o la propia biblioteca.

 Así que señor Delegado Territorial de la Junta de Castilla y León en Segovia, deje de llevar actividades culinarias a la biblioteca, empiece a contratar empleados públicos para los servicios de cultura de Segovia y proteste en Valladolid porque la sociedad segoviana no se merece esta desidia por su parte en relación con los servicios que presta la administración autonómica que usted representa en nuestra provincia.