Golpeado por divisiones internas, pero con el oído abierto al clamor de la ciudadanía, cinco confederaciones sindicales de Francia convocaron a otra jornada nacional de movilización el próximo 23 de noviembre.
La CGT, que lidera en estos momentos a los gremios del país, reiteró su llamado al argumentar que si más del 60 de los franceses repudian la nueva ley de retiros, constituye un deber sindical mostrar el descontento.
Junto a la CGT estarán FSU, Solidaires, UNSA y la CFDT, esta última con problemas de entendimiento con las restantes en razón de su deseo de negociar el tema del empleo de los jóvenes y las jubilaciones de las mujeres con la patronal MEDEF.
La legislación de retiros ya fue aprobada por el Parlamento y se encuentra a la espera de un dictamen del Consejo Constitucional, para luego pasar a la firma del presidente de la República, Nicolás Sarkozy.
El recurso fue presentado por el opositor Partido Socialista (PS), pero la maniobra tiene escasas posibilidades de prosperar. Por lo tanto, se hace inminente la adaptación de la ley que eleva de 60 a 62 años la edad de jubilación en Francia.
Los sindicatos adelantaron que el 23 de noviembre organizarán concentraciones, huelgas, actos y manifestaciones, en todo el territorio galo.
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