Santiago Sierra rechaza su Premio Nacional de artes plásticas, realizando una carta contra el estado

 

En carta dirigida a la Ministra de Cultura, Santiago Sierra agradece que se hayan acordado de él a los miembros del jurado y rechaza el Premio Nacional de Artes Plásticas que ayer recibió después de una dura decisión que se retrasó más de la cuenta ante la falta de unanimidad. Hoy, el artista aclara que, según su opinión, «los premios se conceden a quien ha realizado un servicio, como por ejemplo a un empleado del mes».En la misiva, manifiesta que no está dispuesto a renunciar a una libertad que le ha otorgado el arte. Y detalla sus razones: «Consecuentemente, mi sentido común me obliga a rechazar este premio. Este premio instrumentaliza en beneficio del estado el prestigio del premiado. Un estado que pide a gritos legitimación ante un desacato sobre el mandato de trabajar por el bien común sin importar qué partido ocupe el puesto. Un estado que participa en guerras dementes alineado con un imperio criminal. Un estado que dona alegremente el dinero común a la banca. Un estado empeñado en el desmontaje del estado de bienestar en beneficio de una minoría internacional y local».

Remata su escrito aclarando que «el Estado no somos todos»: «El Estado son ustedes y sus amigos. Por lo tanto, no me cuenten entre ellos, pues yo soy un artista serio. No señores, No, Global Tour». Y firma con «¡Salud y libertad!».

Carta completa de Santiago Sierra a González-Sinde

«Madrid, Brumaire 2010

Estimada señora González-Sinde,

Agradezco mucho a los profesionales del arte que me recordasen y evaluasen en el modo en que lo han hecho. No obstante, y según mi opinión, los premios se conceden a quien ha realizado un servicio, como por ejemplo a un empleado del mes.

Es mi deseo manifestar en este momento que el arte me ha otorgado una libertad a la que no estoy dispuesto a renunciar. Consecuentemente, mi sentido común me obliga a rechazar este premio. Este premio instrumentaliza en beneficio del estado el prestigio del premiado. Un estado que pide a gritos legitimación ante un desacato sobre el mandato de trabajar por el bien común sin importar qué partido ocupe el puesto. Un estado que participa en guerras dementes alineado con un imperio criminal. Un estado que dona alegremente el dinero común a la banca. Un estado empeñado en el desmontaje del estado de bienestar en beneficio de una minoría internacional y local.

El estado no somos todos. El estado son ustedes y sus amigos. Por lo tanto, no me cuenten entre ellos, pues yo soy un artista serio. No señores, No, Global Tour.

¡Salud y libertad!

Santiago Sierra»


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