Buenaventura Durruti es un personaje universal y no es el objetivo de esta obra realzar su persona y su ideario político, aunque ambos lo merezcan, sino el espíritu, el hálitoque lo animó, compartido por miles de mujeres y de hombres que lo dieron todo por crear un mundo mejor, más justo, más igualitario y más solidario”. Son palabras recogidas en la página web de la Confederación General de Trabajadores de Castilla y León para justificar la colocación del monumento a Durruti en su barrio natal de Santa Ana.
La instalación de la escultura, y más el 20 de noviembre —el aniversario de su muerte está generando un fuerte debate sobre la idoneidad de rendir un homenaje en forma de escultura a un personaje histórico que hace unos años fue elegido, en votación popular, el leonés más universal del siglo XX.
Tras el anuncio del Ayuntamiento, después de que el alcalde en funciones, Javier Chamorro, recibiera a la comisión de CGT que ha sufragado la escultura, el PP ha salido al paso. Su portavoz municipal, Julio Cayón, lo ha calificado de “inaceptable”. “Este gesto —añadía en una nota difundida por el Grupo Popular— propiciará la división entre los leoneses y supone una vuelta al pasado en un momento en el que, en aplicación de la Ley de Memoria Histórica, se están retirando de numerosas calles y plazas de nuestro país aquellos nombres y figuras de la época franquista”.
Buenaventura Durruti nació en León el 14 de julio de 1896. Fue el segundo de los ocho hijos de una familia ferroviaria. Desde muy pequeño vivió la vida sindical, tanto en su casa como en sus primeros trabajos. En 1920 se trasladó a Barcelona, donde tuvo una gran participación revolucionariadurante la República y los inicios dela Guerra Civil. Su biografía se cerró el 19 de noviembre de 1936, cuando en la calle Isaac Peral de la Ciudad Universitaria de Madrid, Durruti fue herido en el pecho por una bala de extraña procedencia y murió.
La bala que se abrió paso entre venas no te pudo ver la cara”, escribió Victoriano Crémer en un poema que se publicó en ‘Espadaña’. Aunque su título fuera ‘Fábula a D.B.’, está claro que estaba dedicado al anarquista leonés.
La historia del monumento a Durruti comenzó el 27 de junio de 2002. Ese día, Manuel Durruti Cubría, en representación de la Asociación Leonesa “Amigos de Durruti”, solicitó al entonces alcalde de León, Mario Amilivia (PP), la realización de un homenaje a Buenaventura Durruti en forma de escultura. La propuesta fue instalar una roca procedente de Cataluña, sin base alguna, en la plaza de Santa Ana. Las dimensiones de la roca serían aproximadamente de un metro y medio de base por dos de altura, con un recuadro pulido en el que constase el nombre y los años de nacimiento y defunción, explica Rafael Díez, miembro de CGT y una de las personas que han estado desde el principio en la organización del homenaje.
El Ayuntamiento de León nunca se mostró en contra, pero tampoco hizo nada para obtener el envío de la roca. Al final, en 2003, la CGT de León y la Asociación Leonesa “Amigos de Durruti” presentaron un nuevo proyecto artístico, obra de Diego Segura, para realizar en piedra caliza de la montaña leonesa la escultura.
Segura adaptó el diseño inicial para una obra que quiere ser un homenaje también a otros “dos personajes destacados del movimiento libertario como Diego Abad de Santillán y Ángel Pestaña”. Ahora, con piedra de una marmolería se hará, por fin.
De momento, Durruti sólo tiene en la provincia de León una calle. Está en San Andrés del Rabanedo y fue aprobada en 2001 a propuesta de Izquierda Unida.
Si quieres colaborar con el proyecto de instalación del hálito Durruti, puedes hacerlo en la cuenta siguiente:
0182 – 0689 – 11 – 020 154 7882
Fuente:
http://www.la-cronica.net/2009/07/1…