El Gobierno alemán acordó ayer nuevas medidas que afectarán a los directivos de las distintas compañías y que, según la nueva normativa aún por discutir en el Parlamento, tendrán que contribuir con hasta un año de su sueldo si su gestión perjudicó en exceso el rendimiento empresarial.
El Ejecutivo de coalición encabezado promueve este sistema como forma de compensación económica. En caso de cantidades altas, los seguros personales podrán cubrir el dinero conforme a lo estipulado pero siempre y cuando el directivo haya pagado un año de salario por los daños ocasionados.
El principal negociador de los socialdemócratas, Joachim Poss, indicó que los conservadores ’cedieron en su oposición y ahora están de acuerdo con la idea de la participación personal’. Los socios de la coalición llevan meses discutiendo acerca del tema en el marco de las medidas para combatir la crisis financiera y promover un contexto más transparente y regulado.
La iniciativa que podrían ser aprobada por el Parlamento en junio, incluye también la posibilidad de que las juntas reduzcan los salarios de los ejecutivos en función de su gestión. Además, el paquete aumentará el tiempo mínimo que un gerente debe tener opciones de acciones antes de hacer uso de ellas, en concreto de dos a cuatro años.
Según un estudio de Mercer RH Consulting, los directores generales españoles se encuentran entre los que gozan de mayor poder adquisitivo en Europa. Concretamente, ocupan -con un salario bruto de 68.926 euros anuales- el quinto lugar de Europa en lo que a poder adquisitivo se refiere, sólo por detrás de suizos (139.194 euros), alemanes (98.629), británicos (88.440) y austríacos (86.888).
A la hora de valorar el poder adquisitivo de estos ejecutivos hay que tener en cuenta, además de la retribución, la presión fiscal que soportan en sus respectivos países y el coste de la vida.
Así, el informe de Mercer recuerda que mientras los directores generales franceses o irlandeses tienen un salario bruto mucho más alto que sus colegas españoles (que aportan al fisco el 30% de sus retribuciones), su poder adquisitivo es menor debido a que aquellos dedican un porcentaje mayor a cumplir con el fisco y la Seguridad Social.
Algo similar ocurre con los directores generales italianos, daneses y belgas, que soportan la presión fiscal más alta de Europa, entre un 45% y un 49% de su salario bruto.